Los últimos estudios de los peces que habitan las aguas cercanas a la planta nuclear dañada de Fukushima, en Japón, muestran que la radiactividad de los materiales allí almacenados todavía afecta el entorno.
Los peces capturados en las costas de la zona muestran altos niveles de contaminación, un año y medio después de que los reactores resultaran dañados por un terremoto y el tsunami que le siguió.
Cerca del 40% de los peces capturados en las inmediaciones no están aptos para el consumo humano.
Un corresponsal de la BBC especializado en ciencia señaló que se esperaba que a estas alturas la contaminación hubiera declinado
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