Increíblemente, la respuesta es sí. Al menos por unos segundos.
Varios estudios han encontrado que las gallinas duran vivas durante un tiempo después de ser degolladas, algunas incluso caminando, producto de los movimientos reactivos de los músculos.
En 1925, el doctor Sergei Brukhonenko, del Instituto de Química Farmacéutica de Moscú, demostró que las cabezas cortadas de los animales pueden mantenerse vivas por varias horas si estaban conectadas a una máquina.
Brukhonenko, un científico soviético, es recordado por el desarrollo de su autojektor, un corazón primitivo y el sistema de circulación extracorporal.
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