La rana 'Rheobatrachus' devoraba sus propios huevos, los incubaba en su estómago durante seis semanas y daba a luz a través de su boca. Pero en 1983 este curioso anfibio originario de Australia se extinguió. Ahora el llamado 'Proyecto Lazarus', gracias a tejidos congelados del anfibio que conserva desde 1970, pretende 'resucitarla' mediante la técnica de la clonación.
Obtuvieron óvulos del anfibio cercano 'Mixophyes fasciolatus', desactivaron su núcleo y lo sustituyeron con el de la rana extinta. Los resultados fueron asombrosos. Algunos de los huevos comenzaron a dividirse espontáneamente y a crecer hasta una fase embrionaria. Ninguno de los embriones consiguió sobrevivir, pero los tests genéticos confirmaron que las células divididas contenía material genético de la rana extinta.
El relativo éxito del experimento, que, según los investigadores, no tiene ninguna limitacion biológica sino únicamente tecnológica, acerca cada vez más la posibilidad de clonar una diversa variedad de animales extintos, desde el dodo o el ave gigante Moa hasta el mamut.
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