domingo, 19 de mayo de 2013

La fiebre del oro que amenaza a los mares


La perspectiva de una "fiebre del oro" en lo profundo del mar, que abrirá una controvertida puerta a la minería en el fondo de los océanos, es cada vez más real.
Naciones Unidas publicó su primer plan para gestionar la extracción de los llamados "nódulos", pequeñas rocas ricas en minerales, del lecho marino.
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés), organismo de Naciones Unidas que supervisa la minería en el fondo del mar, llevó a cabo un estudio técnico.
Dice que las empresas pueden presentar su solicitud de licencias para la extracción minera tan pronto como en 2016.
La idea de explotar el oro, cobre, manganeso, cobalto y otros metales del fondo oceánico ha sido considerada durante décadas, pero apenas se hizo más palpable recientemente, gracias a la nueva tecnología y debido a los altos precios de las materias primas.
Expertos en conservación han advertido desde hace tiempo que la minería en el fondo del mar será altamente destructiva y a largo plazo puede tener consecuencias desastrosas para la vida marina.
El estudio de la ISA reconoce que la minería causará "un daño medioambiental inevitable".
Pero el informe aparece en un momento que un portavoz describió como "un repentino aumento del interés" de las empresas de minería públicas y privadas.
El número de permisos emitidos para la extracción de minerales está en 17, con otras siete autorizaciones a punto de concederse y muchas otras que se darán en el futuro. Dichos permisos cubren grandes áreas de los océanos Pacífico, Atlántico e Índico.
Uno de los últimos en concederse fue a la empresa UK Seabed Resources, subsidiaria del brazo británico de Lockheed Martin, el gigante estadounidense de la industria de defensa.
El consejero legal de la ISA, Michael Lodge, le dijo a la BBC: "Estamos en el marco de una nueva era de minería profunda del fondo marino".
El atractivo es obvio. Una evaluación realizada en el Pacífico este -una zona de cinco millones de kilómetros cuadrados conocida como Clarion-Clipperton- concluyó que puede haber más de 27.000 millones de toneladas de nódulos depositados en la arena.
Estas rocas pueden contener la asombrosa cantidad de 7.000 millones de toneladas de manganeso, 340 millones de toneladas de níquel, 290 millones de toneladas de cobre y 78 millones de toneladas de cobalto, aunque no se sabe cuánto de todo esto es accesible.

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